Síntesis Cristian y Angie

Zuleta, Estanislao. (2003) Colombia: Violencia, Democracia y Derechos Humanos. Hombre Nuevo Editores. Fundación Estanislao Zuleta. Medellín.      
                      
En el presente texto se hará una breve síntesis del texto Violencia, Democracia y Derechos Humanos de Estanislao Zuleta, quien fue un “reconocido escritor, filósofo y pedagogo colombiano ((Medellín, 3 de febrero de 1935 — Cali, 17 de febrero de 1990)” . Nos centraremos en el tema de la democracia ya que se considera la columna vertebral del libro, el cual e su compilado sobre la pronunciaciones que el autor hizo de la sociedad colombiana durante sus últimos tres años de vida cuando trabajaba para la Naciones Unidas en la consejería de Derechos Humanos de la presidencia de la Republica.  Se considera un gran aporte para la construcción de una cultura pacífica y de respeto que se inscriba en los Derechos Humanos, como fue un compilado de conferencia que el autor pronunció hacia la década de los 90, durante las negociaciones de paz con el grupo guerrillero M-19  se considera un fundamento clave para “vivir positivamente en el conflicto” como el propio Estanislao lo decía, esto quiere decir, aprender del conflicto para forjar un camino hacia la paz que transforme la sociedad. Para empezar nuestra síntesis, que como ya se dijo se enfocara en a democracia, es preciso ofrecer una concepción general sobre como el autor la considera.

Para Estanislao Zuleta La verdadera democracia enseña al pueblo a luchar por sus intereses y a descubrir cuáles son estos,  por tanto, la democracia es un proceso interminable pues siempre puede ampliarse, es decir, su desarrollo es infinito. Además la democracia se fundamenta por los derechos humanos los cuales deben ser para todos de lo contrario no son  válidos, además los  derechos humanos deben acompañarse de posibilidades reales, es decir, la posibilidad de ejercer esos derechos por parte de todos y en igualdad de condiciones. Por último la democracia solo es tan, en tanto sea participativa, por tanto, se debe preocupar de que la gente aprenda y que participe, como dice el autor, participando se aprende participar.  En cuanto a la democracia y el poder, debe tenerse claro que el control sobre el poder lo deben poseer aquellos sobre quienes se ejerce, además, el verdadero poder legítimo es y debe ser discutible, disputable y  sustituible, de lo contrario puede considerarse abuso del poder. 

La democracia no tiene el poder de controlar el futuro pues la humanidad es cambiante, por tanto su historia y sus luchas, por eso la democracia no lucha por soluciones absolutas y definitivas, es interminable e inacabada, pues constantemente seguirá luchando por el incremento del poder del pueblo, sin pensar nunca que la lucha ya no debe ser porque el pueblo ya está en el poder, pues los acontecimientos humanos no son estáticos. La característica fundamental de la democracia consiste en incrementar el poder popular, la fuerza del pueblo, por incrementar sus derechos, pero la democracia no es teórica, debe haber praxis de la democracia, es decir, los derechos del pueblo y el poder popular deben ser hechos reales, deben hacer parte de las actividades y relaciones de estos. La democracia es una lucha contante e infinita para otorgar y aumentar el poder del pueblo en sentido económico, político e ideológico. El pueblo debe tener poder de: “decisión sobre el empleo de los recursos de la sociedad, de intervención efectiva en las decisiones que le conciernen, y capacidad para producir iniciativas". (ZULETA, 2003) 

Para ello se necesita de un Estado fuerte que se caracterice porque sus ciudadanos pueden pensar por sí mismos, expresarse y organizarse para buscar las  transformaciones necesarias que les permitan luchar contra la injusticia. Un Estado fuerte se caracteriza por tener el monopolio  de una fuerza eficaz, es decir, que obedece a la ley y es respetuosa de los derechos humanos, es de esta manera que el Estado se fortalece, pues su prestigio moral le otorga respeto por parte de sus ciudadanos, haciéndolo casi invencible. El Estado debe producir reformas económicas y cambios sociales que garanticen los derechos fundamentales de sus ciudadanos, a nivel de educación, salud vivienda etc. Brindando igualdad de condiciones y oportunidades a todos. El Estado debe ser capaz de distribuir equitativamente los recursos, para lograr solventar la deuda social, a través de Políticas sociales que modifiquen las condiciones desfavorables de sus ciudadanos como la pobreza y la exclusión. Entonces la democracia exige como prerrequisitos la paz, la justicia y la igualdad. Debe buscar una política encaminada a lograr la garantía y respeto de los derechos humanos de todos, debe ser una política incluyente, equitativa y participativa, de todos y para todos. 

La democracia exige condiciones que le permiten desarrollarse adecuadamente, las fundamentales pueden resumirse en los derechos humanos, los cuales son constitutivos de la democracia. Los derechos humanos sólo adquieren sentido si se acompañan de posibilidades que garanticen la realización de esos derechos, por ello, la democracia debe ofrecer a todos, posibilidades en condiciones de igualdad. Para ello debe entenderse que los derechos humanos son de todos,  la luchas populares ampliadas, exigen lucha por los derechos humanos de la sociedad en conjunto y no la lucha de y por grupos dispersos, cuando se supera de la lucha por grupos y se logra una lucha por y para  la sociedad se logra un verdadero movimiento por la paz y la democracia.   El derecho  fundamental de la democracia debe ser el derecho a diferir, a ser diferente. La igualdad de condiciones para todos debe ser en términos económicos y culturales, y la igualdad tanto como la democracia es algo que no se decreta sino que se logra, se conquista por parte del pueblo mismo, para ello se necesita de la participación.

El hombre entendido como “nudo de intercambios y relaciones" (ZULETA, 2003) debe inscribirse en la cultura del respeto. Respeto no implica indiferencia o simple tolerancia, El respeto implica reconocer que nadie posee una verdad absoluta la razón o la verdad total, implica  que a través de la discusión no sólo podemos reconocer las verdades y razones del otro sino aprender de estas. “ el respeto implica debate y confrontación" (ZULETA, 2003) es decir, defender la posición y opinión propia, objetando las contrarias de manera razonable argumentativa y respetuosa. La democracia debe procurar un espacio legal que acepte el pluralismo y rechace la unanimidad, un espacio donde sea posible aceptar y respetar las diferencias y abrir discusiones que eviten las confrontaciones violentas. La democracia permite el conflicto racional, la discusión argumentativa, el debate y rechaza el abuso y la arbitrariedad, permite que todos los miembros del pueblo participen en los asuntos que conciernen, que hagan uso real de sus derechos, por eso el fundamento y el propósito de la democracia son los derechos humanos, en ejercicio y no solo en anuncio. “ Para que la democracia llegue a ser una realidad debe ser cada vez más participativa". (ZULETA, 2003)

La participación puede lograrse a través de la creación de cultura por parte del pueblo, ya que un pueblo realmente democrático debe ser un pueblo creador de cultura y no solo consumidor de ella. La cultura hay que hacerla, no sólo recibirla sino crearla, producirla. un pueblo culto es capaz de producir y crear y para lograrlo debe organizarse en comunidades que superen la dispersión del pueblo, gracias a la organización comunitaria es que puede producirse cultura propia, para de esta manera poder opinar y sobretodo actuar en pro de los intereses de la comunidad. Cuando el pueblo es capaz de producir y de crear sus propios instrumentos colectivos para alcanzar sus metas, es un pueblo demócrata y participativo. Participación en democracia implica que el pueblo encuentre y reconozca sus propias necesidades y sea capaz de resolverlas por sus propios medios, para ello deben poder contar con un gobierno que les permita organizarse y promover instrumentos colectivos. La democracia, por tanto, debe buscar ante todo la participación del pueblo, una participación que los conlleve a transformar por si mismos sus condiciones de vida. La verdadera democracia debe buscar que el pueblo viva bien comunidad y que sea capaz de exigir, pensar, reclamar y producir, por eso, “la lucha por una apertura democrática no puede existir sin participación popular”  (ZULETA, 2003)página 41)

En la verdadera democracia Debe sustituirse la idea de las verdades absolutas y las soluciones únicas y definitivas por la posibilidad dialogo racional, el diálogo es una de las exigencias de la democracia y los derechos humanos. El diálogo respaldado por las masas posee fuerza y no fuerza armada, las armas no posees eficacia política, el poder armado genera repudio, el diálogo con fuerza posee capacidad de dominio, de poder legítimo.   “El diálogo debe ser racional, es decir, que se preste a la argumentación". (ZULETA, 2003) Se debe aceptar la idea de que somos diferentes y que esas diferencias deben respetarse, tratarnos como iguales en términos de que tenemos los mismos derechos y oportunidades de dialogar y argumentar, de elegir y cuestionar. El diálogo racional, es decir con argumentos, permite respetar y practicar la igualdad humana en la medida en que a aceptamos las cosas porque reconocemos que el argumento del otro es correcto, y así mismo aprendemos a demostrar lo correcto de nuestros argumentos. El dialogo racional fortalece y permite la democracia, en tanto construye el camino hacia esta y fortalece y fomenta la cultura del respeto y los derechos humanos

La cultura de los derechos humanos es una cultura de reciprocidad y respeto, para empezar a construir esta cultura puede avanzarse en el camino del discurso, oponiendo al discurso autoritario, el discurso respetuoso. Para hacer un análisis de cualquier discurso se tienen en cuenta seis factores principales: el referente o contexto, el emisor el receptor, el código o lenguaje, el mensaje o estilo y por último el contacto o medio. El papel que cumple el emisor en algunos discursos no es muy relevante, porque su pretensión puede ser tan solo informar o decir algo sin protagonismo, como en el discurso de la ciencia que el emisor no tiene un papel trascendental. En otros discursos el emisor se considera cono garantía de verdad de aquello que enuncia, eso pasa con el discurso autoritario, que tiene el efecto de confundir la autoridad y la razón. En cambio el discurso científico considera a su destinatario como igual, porque lo que quiere es demostrar, no tiene pretensión de autoridad sino de razón, este es un ejemplo de discurso respetuoso. El discurso racional, preciso y necesario para la democracia, se inclina y asemeja más al discurso científico. 

Es cierto que combatir el dogmatismo resulta difícil porque para empezar nadie se considera dogmático, y en su lugar cree ser poseedor de una verdad digna de ser defendida a toda costa. Sin embargo es posible reconocer el dogmatismo por algunas características fundamentales o reglas de oro de este. La primera es que los grupos dogmáticos tienen sus propios códigos de lenguaje, que generalmente no son inteligibles para los externos, y en realidad más que comunicar algo cumple la función de marcar pertenencia al grupo. La segunda es que usan calificativos poco favorables a sus opuestos. La tercera se trata del esencialismo, “los discursos y los actos presentes no son más que manifestaciones de alguna esencia de hace tiempo conocida" (ZULETA, 2003, pág. 57)La cuarta y último característica o regla de oro del dogmatismo es que se basan en textos que promueven humildemente como un texto sagrado e irrefutable. Sabiendo reconocer el discurso dogmático resulta más fácil combatirlo y reemplazarlo por un discurso racional fundamentado en el respeto y los derechos humanos. Aunque lograr un discurso no autoritario y totalmente respetuoso es un ideal, al igual que los derechos humanos son un ideal, no debe olvidarse que un ideal no es una utopía vana, un ideal es una tendencia, si bien no es algo que pueda conseguirse absolutamente, si es una tendencia que va organizando y transformando la sociedad y las prácticas de esta, tender al discurso del respeto sin duda es construir camino hacia una cultura de los derechos humanos y por tanto hacia la democracia.  

La democracia no pretende ser la causa última, puede incluso poseer un espíritu reformista, la democracia tiene el poder de generar  transformaciones y reformas profundas como aquellas revoluciones que no estallan, por ejemplo,  el renacimiento, que, permitió que los hombres empezaran a pintar distinto, a pensar distinto, a comportarse distinto. Por ello, cuando se habla de democracia no se habla de unanimidad, se debe hablar de diversidad y tolerancia en esta diferencia, la unanimidad puede llevar a grandes peligros y es casi obvio que para el desarrollo se necesita que no todos sean iguales en diferencia, en la democracia no se debe hablar de lucha de pensamientos, sino de armonía de pensamientos, en la cual se eligen representantes de cada postura, que la defienda y traten de llegar a un equilibrio o complemento con las otras. En la democracia no se debe fomentar que todos piensen igual, sino que todos piensen distinto de manera racional y sepan defender esta idea, por lo tanto se debe fomentar el uso público de la razón como la llamaba Kant, y no censurar el libre pensamiento, es decir una democracia debe ir íntimamente relacionada con el derecho de la libre expresión y por supuesto libertad de pensamiento.

Para hablar de democracia y derechos humanos debemos remitirnos a una ética universal, es decir una ética que sirva para todos y venga de todos, una ética que nos ayude en un proceso político que abarque a la sociedad en conjunto, es obvio que la ética debe ser un proceso racional, pero no limitarse a este campo, las ventajas de una ética universal es la capacidad de podernos entender con cualquier comunidad en el mundo.  Kant tiene un discurso de la razón muy útil en la sociedad y en la práctica de la democracia, ya que el establece tres principios éticos, que es el pensar por sí mismo, pensar desde el lugar del otro y ser consecuente, estos tres principios concuerdan bien con la democracia. Kant enfatiza en que pensar por sí mismo más que un derecho es un deber, delegar el pensamiento a otros puede ser un gran error para la democracia, aunque elegimos ciertos representantes que nos gobiernan, ellos no decidirán nuestra forma de pensar, ellos deben servir a lo que un pueblo ha pensado por sí mismo; el segundo principio se puede llamar el principio de la empatía, pensar desde el  lugar del otro, o lo que en psicología se entiende como la teoría de otras mentes, es decir ponerse en lugar del otro y reconocer que puede tener la razón y que nuestra verdad es limitada, este es un principio especialmente para los gobernantes, pues ellos al asumir el poder se olvidan que los otros (el pueblo) pueden tener la razón y gobernar a su antojo sin considerarlos; el otro principio es ser consecuente, aceptar que nos equivocamos y no seguir con el error.

Estanislao Zuleta analizando la ética racional de Kant vio que esta quedo corta, ya que le falta un elemento fundamental en el ser humano, que es el elemento sentimental, el elemento pasional, que es una motivación más grande que la razón en el ser humano, por lo cual se propone que la ética debe ser algo más interno que externo, es decir que tenga una motivación puramente interna, de un querer hacer porque me siento bien así, no una ética externa como las impuestas éticas religiosas. La ética universal que debe acompañar a toda democracia debe estar basada en varios elementos como lo es la razón, como lo es la pasión, incluso  el hecho antropológico de la vulnerabilidad humana y de la variabilidad de la identidad. Es así como debe concebirse y construirse una verdadera ética universal que respalde y fomente la democracia.

Para Estanislao Zuleta debemos aprender a apreciar el debate y el conflicto como un territorio de nuestra liberación humana, porque para él la liberación no es hacer que todos los seres humanos sean unánimes, sino que aceptar su pluralidad; Estanislao Zuleta dice que la sociedad no se juzga por lo que diga su carta constitucional, sino por las relaciones afectivas que los seres humanos tienen entre sí, unos de los elementos importantes para una democracia son la libertad y la igualdad, la igualdad no debe tomarse como una medida para generar desigualdad social o económica, la igualdad debe ser una igualdad de oportunidades respecto a una justicia según las capacidades de los seres humanos. Para una izquierda democrática no basta con el imperativo kantiano “atrévete a pensar”, ni el imperativo marxista “cambiar la sociedad”. Debe poseerse el verdadero derecho a ejercer la libertad, que incluye la libertad de pensamiento. La democracia debe garantizar que no haya enemigos de la libertad; los enemigos de la libertad en general son las instituciones que se valen del discurso dogmático, a quienes les va mejor con la autoridad y la tradición, por ejemplo, la religión, algunas elites e incluso el ejército, al cual no se debe cuestionar sino obedecer.

Para concluir este enriquecido texto, consideraremos los puntos más relevantes que a nuestro juicio deben tenerse encuentra cuando se habla de democracia y cuando se pretende la conquista y construcción de esta. Para que exista una verdadera democracia el Estado democrático debe encargarse del cumplimiento y defensa de los derechos humanos, pues son estos los que permiten abrir esos espacios de participación para el debate y el dialogo racional y respetuoso sobre  las diferencias políticas e ideológicas, sin que el Estado ni ningún grupo específico intenten imponer su verdad. Los derechos humanos permiten crear un territorio y un marco legal en el que se pueden desarrollar, discutir y solucionar los diferentes conflictos de la vida social y política. Por tanto un Estado democrático debe luchar por la vigencia y defensa de los derechos humanos, sobre todo en países como Colombia, que ha sufrido por años la cultura de la violencia, esa cultura fruto de las luchas políticas y económicas que han usado las vías terroristas cómo el narcotráfico, las guerrillas los paramilitares etc. sociedad.  La democracia como construcción social debe fomentar la participación popular, el respeto, la cultura comunitaria y la igualdad de condiciones. Por último, como los dijo Estanislao Zuleta, “la democracia tiene auge cuando posee la virtud de la esperanza, y no por lo contrario la virtud del antidemocrático, la resignación”. (ZULETA, 2003) Recordemos esto e nuestras luchas por conquistar la democracia, la justicia y la igualdad.